lunes, 20 de diciembre de 2021


PRINCIPIOS Y LINEAMIENTOS PROGRAMÁTICOS Documento original del proceso de la Revolución Ciudadana presentado en noviembre de 2005 para el Primer Encuentro de constitución de Alianza Pais realizado en la Universidad Andina Simón Bolivar de la ciudad de Quito-Ecuador.

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PRINCIPIOS y LINEAMIENTOS PROGRAMÁTICOS

 

ALIANZA

CIUDADANA

ECUADOR

PROPUESTA (2da) PARA EL ANÁLISIS –

21 noviembre  2005

 

 

Elaboración: Comisión de Programa Político 

Sistematización de talleres y exposiciones de Rafael Correa,

Ricardo Patiño, Alberto Acosta, Xavier Ponce, Augusto Barrera,

Fernando Garzón   (Coordinador de Programa Político)

Por favor aportes y comentarios enviar a fgarzon@gye.satnet.net

Somos Humanistas en la corriente de los valores éticos y soberanos que recorre América y nos organizamos como fuerza social y política con sentido histórico, en torno a las prácticas y demandas democráticas de la sociedad; impulsando un cambio de época para recuperar el País que durante más de 500 años de ignominia, nos han robado los ambiciosos, corruptos y anti solidarios; destructores de los sueños y necesidades de los pobres de nuestra tierra. 

Avanzamos con la consecuencia histórica de la resistencia indígena de Rumiñahui, las gestas independentistas del yugo español y la épica libertaria de Alfaro.  Hoy, luego de tres décadas de resistencia social a una democracia encadenada a un sistema político perverso y con una forma de dominación mafiosa y oligárquica; construimos una Alianza Patriótica para renacer en el camino histórico de un proyecto de País posible, ético, productivo, eficiente, humanista, unitario, democrático, y soberano.  . 

Esta convergencia social, ciudadana y política se organiza con hombres y mujeres demócratas y patriotas, provenientes de diferentes regiones, condiciones sociales, etnias y credos.  La Alianza Ciudadana Ecuador es una alternativa transformadora, cuestionadora,  pero sobre todo constructora de un Nuevo Orden, que dé respuestas inmediatas al momento crítico de la historia nacional que vivimos: perdida de los valores éticos; agudización de la pobreza, deprimentes condiciones de vida de las mayorías; la economía nacional registra alarmantes índices de recesión, baja productividad y capacidad competitiva; en un marco de crisis fiscal, saqueo de las riquezas petroleras, mayor endeudamiento externo y cuasi liquidación de la soberanía nacional.

La respuesta a la crisis del país es un Acuerdo y Acción nacional por un cambio de época para un País posible, para recuperarlo, para renacer; un País de todas y todos, para las generaciones presentes y futuras, un Ecuador que signifique:

o   Desarrollo económico productivo enfocado en el ser humano

o   Proceso social de desarrollo humano integral.

o   Estado democrático, unitario y eficiente

o   Sistema político radicalmente democrático, ético y ciudadano

o   Soberanía Nacional y relaciones internacionales dignas y  justas

En consecuencia, estos son los lineamientos programáticos que proponemos.

Desarrollo económico productivo enfocado en el ser humano

La economía debe propender hacia un modo de desarrollo que enfatice el bienestar colectivo y articule la economía del estado, la privada y la del trabajo.  Para el efecto, se fortalecerá las capacidades productivas, la cualificación de las capacidades públicas e individuales, la inversión en el conocimiento humano, el impulso a las potencialidades productivas y el desarrollo local y regional, que permitan procesos de democracia económica con incremento de la competitividad, reconversión y diversificación productiva.

Esta economía fundamentará la generación de empleo en el desarrollo local de las economías del trabajo.  Para ello es preciso fortalecer un sistema productivo nacional considerando nuestras capacidades y fortalezas, el respeto y aprovechamiento de la diversidad, la articulación de varios niveles de estructura productiva y el desarrollo del sistema de información para la toma de decisiones.

Para el efecto los planes y programas más relevantes son:

1.  Activación del sector productivo en las áreas energética, industrial, agrícola, de construcción, turística y artesanal, vinculada a una estructuración integral del sistema financiero-bancario enfocado a la inversión productiva competitiva.

2.  El aprovechamiento racional, nacional y soberano de nuestra principal riqueza, el petróleo, así como la de nuestro suelo, subsuelo, mar territorial y espacio aéreo.  Es indispensable la reestructuración de la empresa estatal de petróleo a fin de que pueda funcionar con autonomía financiera y con la agilidad operativa

3.  Una verdadera reactivación agraria aplicando la política de “volver al campo” que revierta sus bajos rendimientos y reducida competitividad en base de la reconversión productiva, diversificación productiva y incorporación tecnológica, la construcción de infraestructura productiva, el más adecuado conocimiento de los mercados y  la inversión en el desarrollo humano de los campesinos;

4.  Una política de diversificación de las exportaciones como parte de una concepción estratégica para participar en el mercado internacional.

5.  Una política de limpieza y combate radical a la corrupción en áreas como impuestos, aduanas, permisos de exportación y manejo petrolero.

6.  La reestructuración y renegociación de la deuda externa reduciendo el pago del servicio de la deuda y aumento de la inversión social, sin que se afecten los propósitos de recuperación productiva y de atención a la población, en sus necesidades básicas de servicios eficientes y suficientes.

7.  Organización de las finanzas públicas y el presupuesto estatal, con visión productiva, socialmente redistributiva, técnicamente transparente, operativamente descentralizadora, desconcentrada y eficiente; con una Política tributaria de equidad en lo social y de estímulos en lo productivo, en base a una administración honesta de las recaudaciones.

8.  Apoyo a los procesos de integración económica entre nuestros países con equidad.  Estimular las relaciones comerciales, de beneficio mutuo y en función del interés nacional.  El TLC, en consecuencia, no puede suscribirse en los momentos actuales y para hacerlo exigiremos que se le consulte al pueblo.

9.  Es imperativo asumir la responsabilidad ambiental como aspectos central en el nuevo modelo.  Los niveles de depredación que ha sufrido el país en las últimas décadas es infame, pero también han sido insuficientes las respuestas sociales y las formulaciones alternativas.

En suma ddesarrollar una política económica autónoma, en base a las prioridades nacionales y al servicio del ser humano, con énfasis en los pobres, para el desarrollo nacional integral, en base al conocimiento, la producción y la eficiencia; articulada a una economía local solidaria, que genere empleo y liquide progresivamente la pobreza.

Proceso social de desarrollo humano integral.

Una de las piezas maestras de la ingeniería neoliberal ha sido la disociación “conceptual” entre la economía y la política social.  Un nuevo modelo pasa por revertir este prejuicio radicalmente y transitar a un modelo integral e integrador.  Estudios recientes demuestran que para reducir la pobreza extrema a la mitad es necesario lograr simultáneamente un incremento sostenido del ritmo del crecimiento económico; concretamente el país debería crecer al menos a una tasa promedio de 3.5% (1% más que la media histórica) por los próximos 10 años, lo cual supone un crecimiento sustancial en los niveles de ahorro e inversión.  Pero además es indispensable que este crecimiento se dé en sectores que mejoren las oportunidades de aquellos en situación de pobreza, especialmente en agricultura, silvicultura, sector de la construcción.  Para el cumplimiento de estas metas el crecimiento del sector petrolero es indispensable pero no es suficiente.  Se requiere un modelo con la integralidad y los encadenamientos suficientes.

No existe política social posible sin que la sociedad a través del
Estado asume la responsabilidad de su financiamiento suficiente y sostenible no solo de la inversión social, sino también de la inversión productiva para una economía del trabajo basada en el ser humano y la eficacia productiva.  Por ello también, un elemento básico de la vocación social es una Política fiscal redistributiva que contemple una estructura de ingresos basada el énfasis en el impuesto a la renta, al patrimonio y a los bienes suntuarios, y que permita materializar un verdadero pacto social alrededor de prioridades básicas de la economía de trabajo, salud, educación e infraestructura.

Con estos elementos como puntos de partida nos proponemos los siguientes planes y programas:

1.  Fortalecer una institucionalidad que logre procesos continuos, acumulativos, sinérgicos, y eficientes; que fortaleciendo el desarrollo local con los municipios y prefecturas, impulsen la planificación y eficiencia municipal y de los Consejos Provinciales, de cara con responsabilidades de carácter universal.

2.  Diseño y ejecución óptima del Presupuesto de inversión social, particularmente en servicios básicos y programas prioritarios; mejorando sustancialmente la efectividad y calidad del gasto actual y enfocado a la economía productiva del trabajo, el desarrollo local y la generación de la inteligencia humana

3.  Establecer programas y procedimientos que aseguren que la inversión social sea de equidad con lo pobres, lo étnico, lo de género y lo generacional

4.  Construir sistemas públicos nacionales y descentralizados de salud y educación con participación ciudadana, integración de las organizaciones de base social y gestión con los organismos de gobierno local.; con procesos de concertación y gestión local que tengan la vocación de coberturas universales ligada   estrechamente al desarrollo productivo, al fortalecimiento de la democracia, al mejoramiento de la salud, fortalecimiento de la interculturalidad y en general al desarrollo humano.

5.  Reforma educativa integral para la eliminación del analfabetismo del idioma, la universalización de la educación básica y el analfabetismo informático, con el establecimiento de un sistema educativo racional, democrático y eficiente.

6.  Generación del conocimiento científico para articularse al avance de la revolución tecnológica mundial aplicada a la producción sustentable y competitividad mundial, el conocimiento ancestral andino-amazónico, el desarrollo de la humanidad y la protección del planeta

7.  La construcción de vivienda resuelve a la vez una necesidad y fomenta la economía local; el desarrollo de infraestructura productiva y de servicios permitiría un salto así como el fomento de un desarrollo equilibrado del sistema urbano.

Estado democrático, unitario y eficiente

Nunca el Estado ecuatoriano ha sido un estado fuerte.  Durante gran parte de su historia administró los exiguos recursos que las edites concedían como impuestos.  Solo a partir de los ingresos petroleros se estableció una presencia mínima en el territorio nacional y una institucionalidad básica.  Pero pronto, incluso eso ha sido revertido a través de un sistemático proceso de debilitamiento y destrucción.  Estamos frente a un Estado extremadamente débil, secuestrado por intereses particulares y desprovistos de los instrumentos para cumplir con sus funciones básicas de promoción del desarrollo, de cohesión social, de redistribución y de formación de una comunidad política y de valores.  El actual Estado es torpe, sin ojos, sin masa crítica, sin sistemas de planificación, con presupuestos elaborados de la manera más aberrante, con grandes agujeros de corrupción, con empresas públicas ineficientes, sin capacidad de hacer seguimiento a sus planes es simple y llanamente incompatible con un estado democrático

Es fundamental recuperar el carácter público del Estado, desprivatizarlo.  Esto supone romper, debilitar o al menos atenuar aquellos espacios, mecanismos, procedimientos y enclaves institucionales que, aunque formalmente estatales, son bastiones de intereses particulares mafiosos y corporativos monopólicos que secuestran los mecanismos de decisión y los recursos de ejercicio de poder público.

Es preciso reconstruir el Estado.  La condición de tal refundación pasa por articular un nuevo contrato social, basado en el reconocimiento de la igualdad social entre todos los ciudadanos, -pero a la vez en el respeto a sus particularidades culturales-, en la búsqueda de la equidad de etnia, género, religión, región, generacional, en el desarrollo de las capacidades humanas con una relación armónica entre los seres humanos y la naturaleza y en la búsqueda de una comunidad internacional solidaria y responsable.

Hay muchas y muy profundas transformaciones urgentes.  Para el efecto los Planes y Programas de transformación fundamentales son los siguientes:

1.  Construir un nuevo acuerdo territorial que se exprese en un Estatuto nacional de descentralización y autonomías.  Se trata de construir un modelo nacional basado en un nuevo ordenamiento territorial, en la definición precisa de competencias en cada nivel de gobierno; en el manejo de un fondo económico con criterios de eficacia y solidaridad y sobre todo en el fortalecimiento de gobiernos locales democráticos y participativos. 

2.  Modernizar la capacidad política, administrativa y tecnológica del Estado.  Todo esto en base al establecimiento del Sistema Nacional de Planificación, monitoreo y Evaluación de eficiencia de los procesos estatales.  Transparentar el uso de los recursos y dineros públicos, aplicando radicalmente los mecanismos de rendición de cuentas, revocatoria del mandato y los controles y regulaciones de la gestión productiva, de financiamiento y distribución.

3.  Fortalecimiento del papel regulador y promotor del Estado en la constitución de mercados competitivos y socialmente responsables en la orientación inteligente de la inversión, en suma en la promoción del desarrollo.

4.  Recuperación del estado de derecho y una nueva constitucionalidad legítima,  en donde el poder legislativo y judicial institucionalicen, preserven y desarrollen, los valores éticos, la equidad de genero y generacional, la justicia, los derechos humanos, la institucionalidad y la participación ciudadana para el crecimiento económico y el progreso social, la soberanía nacional, la preservación del medio ambiente y la naturaleza.

Sistema político radicalmente democrático, ético y ciudadano

El desprestigio actual de la política y la fragilidad de la democracia son incompatibles con un proyecto de país.  Las movilizaciones ciudadanas de abril del 2005, pusieron en evidencia los componentes perversos de la democracia representativa: partidocracia privatizada, corrupción como política de Estado, venta de las banderas soberanas, producción deficiente solapada por un Estado y sistema político cómplice, pauperización de la mayoría del pueblo como estilo institucionalizado de vida e inequidad regional y social en la distribución de los recursos y riquezas nacionales.

Mientras se agudiza la crisis del sistema político ecuatoriano, las nuevas generaciones de ciudadanos tenemos el   desafío de ir desde las prácticas de producción eficiente y las de movilización social; al ejercicio   de la nueva política por la gobernabilidad, la concertación, y la estabilidad política, vinculadas a la economía productiva.  Es por tanto, imprescindible iniciar un nuevo periodo de la estructuración constitucional del poder del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), basado en el ejercicio pleno de los derechos y obligaciones ciudadanas, que se han ido forjando en lo mejor de la sociedad civil.  De igual manera, la urgencia de una reforma política para dar respuesta a la crisis del sistema político, tiene basamento para su definición y aplicación en una agenda de valores unificadores de transparencia, honestidad, equidad, paz, solidaridad, participación, legitimidad y dignidad; valores que son exigibles para el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. 

La emergencia de la participación ciudadana y sus formas de representación en los últimos años han puesto en evidencia el nuevo rol activo de los ciudadanos y sus organismos en el control social, la veeduría ciudadana, la rendición de cuentas y ahora su intervención en espacios concertados de gestión de políticas de estado.

En consecuencia los principales planes y programas por un sistema político radicalmente democrático, ético y ciudadano son:

1.  Aplicación constitucional y de procedimientos de una nueva generación de los derechos éticos como transversales y exigibles en cumplimiento al conjunto de la sociedad política y sociedad civil.  Esta aplicación debe generar normativas, procedimientos, leyes secundarias, decretos presidenciales, acuerdos ministeriales, ordenanzas y más cuerpos jurídicos que institucionalizan el enunciado de los derechos éticos y las sanciones que determinan su irrespeto o incumplimiento.

2.  Fortalecimiento y democratización del el sistema de partidos basado en la formación política, rendición de cuentas de sus directivos y autoridades por elección popular, elección de directivos y designación de sus candidatos mediante primarias internas universales; exigencia y demostración de probidad notoria de directivos y candidatos.  De igual forma transparentar la gestión y contabilidad de recursos en especial los financieros.

3.  Fortalecimiento y democratización del sistema electoral, con la integración de sus organismos con participación ciudadana, en especial en la creación de cortes o tribunales electorales.  La democracia debe expresarse en la participación electoral con patrones y juntas electorales que posibiliten candidaturas y elección de ellas con criterios de genero enfocada en la mujer, generacional enfocada en los jóvenes y ancianos; territorial enfocada en la participación regional y local.

4.  Gobernabilidad sustentada en la democracia participativa directa con rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción.  La desprivatización del Estado controlado por la partidocracia, exige incrementar el control que la sociedad ejerce sobre sus instituciones y recursos.  Es necesario fomentar el mejoramiento de la calidad de la representación política.  Debemos construir y mantener un verdadero sistema de justicia sin el cual la democracia es una burla; son urgentes los mecanismos de transparencia de la gestión y en el control social con verdaderos ejercicios de participación social.

Por eso, la construcción de una democracia nueva, legitimada, participativa, deliberativa e inclusiva que revierta el vaciamiento de la democracia actual es fundamental.

Soberanía Nacional y relaciones internacionales libres y soberanas.

Ecuador está en medio de la encrucijada de un contexto subregional explosivo que exige una política soberana sobria, clara, continua, digna; y las oportunidades que puede ofrecer una nueva correlación de fuerzas en el continente.  Nada es fácil y están equivocados quienes piensen que al país le basta un nuevo alineamiento o una plantonera nacionalista.  La soberanía se construye en términos de capacidades estructurales para la diversificación de los mercados, fuentes de financiamiento y socios comerciales, establecimiento de reglas claras en todos los acuerdos y convenios,  preservación de los intereses nacionales frente a la voracidad globalizada;  perseverancia de la unidad regional y continental, y, apertura de las relaciones sur-sur.

Hoy, es imprescindible luchar por la recuperación de la dignidad y la soberanía nacional, progresivamente afectada por la política entreguista y de subordinación a las estrategias militares y económicas de los polos de poder mundial, confabulados con organismos financieros internacionales depredadores de las esperanzas y vidas de los pueblos del mundo.

En fin, el mundo de este nuevo siglo XXI obligará a una gran capacidad de elaboración de la política internacional y a mantener la irrestricta defensa de la soberanía nacional en base de los siguientes planes y programas:

1.  Política social, económica y de relaciones internacionales, digna, libre y soberana; con énfasis en la política energética, deuda externa, autodeterminación de los pueblos y lograr justas condiciones para el intercambio comercial, tecnológico y cultural con todos los pueblos del mundo.

2.  Integración  de los pueblos y naciones de América del Sur, para sustentar los vínculos económicos y políticos con los bloques regionales de poder a nivel mundial, por la paz,  la defensa  del destino de la humanidad y la protección del Planeta. 

3.  Política internacional soberana; que contribuya a la integración de nuestros pueblos y a la paz mundial; que coadyuve a la integración de América Latina y a una acción mancomunada y de solidaridad con los pueblos del Tercer Mundo.

4.  Defensa irrestricta de los principios fundamentales del derecho internacional: autodeterminación de los pueblos, no intervención en los asuntos internos de otro Estado y solución pacífica de los conflictos entre los países.

5.  Recuperar y proteger la dignidad y soberanía nacional ante la afectación en la Base de Manta, las violaciones a los principios soberanos de nuestro mar territorial, las consecuencias del Plan Colombia, las condiciones injustas e imposición del TLC, y la violación a las leyes y cláusulas contractuales de la petrolera OXI.

En base de estos principios y lineamientos programáticos de País, La ALIANZA, llama a los diversos sectores democráticos y patrióticos de la sociedad ecuatoriana a sumar fuerzas alrededor del objetivo de construir un NUEVO ECUADOR

La esperanza, ya no es una tentación

Los verdaderos ciudadanos, somos más

La construcción del Ecuador Posible, es hoy

 

ALIANZA CIUDADANA ECUADOR